Cuando me ofrecieron la oportunidad de debatir en BIME PRO sobre tecnología y festivales, no me lo pensé dos veces. Se trata de un ámbito que se está desarrollando constantemente, con una gran evolución y donde los datos, que es la parte que me toca, juegan un gran papel en la mejora, tanto de la satisfacción de los asistentes, como en la propia organización y rentabilidad del espectáculo.

En la mesa redonda, Char-Lee Mito fue dando pie a los diferentes componentes del debate, entre los que estaban Josep Comulada de Innova Global y Carlos Berbabé de Aina Group. Ambos, conocen bien la parte tecnológica que da soporte a los festivales y que está detrás de cada elemento. Se trata de tres días de celebración pero muchos meses de preparación donde, en sus propias palabras, «el éxito es ser invisible». Por su parte, Sebastián Vera, Director Artístico de Mallorca Live Festival, ha visto la evolución de los festivales y, aunque consciente de las ventajas de la tecnología en su celebración, consideraba que lo único fundamental eran los artistas y el público.

Mi participación estuvo relacionada, como no podía ser de otra forma, con los datos y con cómo podían mejorar la experiencia. Expuse diferentes ejemplos de festivales donde, gracias al uso de los mismos, han sido capaces de mejorar sustancialmente la experiencia de los asistentes haciéndoles protagonistas y ofreciéndoles un festival personalizado a pesar de estar rodeados de miles de asistentes. Asimismo, también sobre cómo el uso de los datos, mejora la organización y la capacidad de respuesta en tiempo real durante el propio festival, las acciones de captación y fidelización… e incluso la planificación del cartel, aspectos con los que Vera, como experto en el tema, coincidió.

En estos tiempos que hay tanta proliferación de festivales y eventos musicales, pero que todavía no es posible celebrarlos con la libertad de antaño, la tecnología y los datos juegan un papel crucial y quién sabe hacia dónde nos llevarán: un futuro, que está más cerca de lo que pensamos y, prueba de ello, son los videojuegos en los que ya hay conciertos, las experiencias con artistas-hologramas en el salón de casa o la realidad virtual para llevarnos a conciertos que están en la otra punta del mundo.